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domingo, 28 de agosto de 2011

La Dingui y la Fueraborda






Desembarco en la dingui, con los remos


Uno de los elementos imprescindibles de nuestra singladura es sin duda la dingui (en inglés dinghy). Recibe múltiples nombres, como pueden ser la lancha neumática, el chinchorro, el tender, el chiquitín o la fueraborda (en realidad la fueraborda es el motor que se engancha en su popa para proporcionar la propulsión).

Huelga decir que gracias a la dingui podremos bajar a tierra desde nuestro velero fondeado, así que debemos tener claro como hacer uso de la misma con eficacia y seguridad.

Los elementos que forman parte del equipo de desembarco son, aparte de la propia lancha neumática, un hinchador de pie, el motor fueraborda, el bidón de gasolina para el motor, los remos y un vaso achicador. Antes de zarpar, el primer día, se debe revisar que todos estos elementos están a bordo.

El motor fueraborda

Empecemos con el motor fueraborda. Es fundamental conocer su funcionamiento. Para ello no debemos olvidar preguntar en la compañía de charter, al técnico o la persona que conozca el manejo concreto del motor. Aunque casi siempre el funcionamiento es el mismo (lo describo en los siguientes párrafos) no está de más que nos cuenten si ese motor concreto tiene alguna particularidad, cómo se arranca, o cómo tratar el tema del aire, etc.

Existen dos variantes de motor fueraborda, el de 2 tiempos y el de 4 tiempos. El motor de 2 tiempos es más pequeño y ligero, y seguramente será de baja potencia (1-2 hp) ... Este motor hace uso de gasolina sin plomo con mezcla de aceite, como las “Vespinos” de toda la vida. Por tanto, si nos encontramos con este tipo de motor debemos tener claro si el bidón de gasolina, que normalmente está en algún cofre del barco, viene con la mezcla o no. En algún caso el aceite puede venir aparte y habrá que hacer la mezcla (al 2-3%) al rellenar gasolina. Si nos equivocamos con la mezcla, el resultado de un motor con demasiado aceite es que sale un humo blanco bastante denso.

El motor de 4 tiempos lleva sin plomo normal y no requiere mezcla. Es más potente (2,5 a 4 hp), suele funcionar mejor, siendo su problema principal que tiene un peso considerable, lo que dificulta su instalación en la popa del dingui.

En cualquier caso, para arrancar el motor tenemos que seguir los siguientes pasos:

1) abrir la gasolina, moviendo la palanca indicada para ello, y desenroscando un poco el tapón superior del depósito (para que entre aire en el depósito y presione la gasolina hacia el carburador)

2) asegurarnos que está puesto el “hombre al agua”, que es típicamente el cable de plástico (rojo), con forma de cable de teléfono. El extremo en forma de anilla se engancha dentro del botón del estrangulador y al hacer contacto permite que el motor arranque. Por otro lado, el cable rojo se lo debe enganchar uno a la muñeca de modo que si nos caemos accidentalmente el agua, el motor se apaga al desconectarse el extremo del estrangulador. Por cierto el estrangulador es un botón (rojo), ubicado cerca del acelerador, que sirve para apagar / ahogar el motor cuando así lo requerimos

3) sacar el aire (si el motor está frío)

4) en motores de más potencia suele haber una marcha, en tal caso hay que ponerla en punto muerto, para no salir disparados al arrancar, ya que además es conveniente o necesario acelerar un poco el motor

5) finalmente tiraremos fuertemente del cable del tambor de arranque. Ojo a no dar un codazo a algún tripulante detrás nuestro… A menudo es necesario insistir dos o tres veces antes de que arranque el motor

Puede ser necesario, en algunos casos, probar / jugar con el aire. Por lo general, el aire debe quitarse lo antes posible, solamente es para arrancar en frío y si se deja puesto el motor se puede ahogar. De todos modos depende del motor concreto.

Para apagar el motor, o bien presionamos el botón del estrangulador, o bien tiramos de la anilla del hombre al agua.

El motor debe funcionar siempre con la hélice sumergida, puesto que el sistema de refrigeración es con circuito exterior y coge el agua de mar. En caso contrario, el motor se podría quemar rápidamente.


Respecto al sistema de refrigeración, al arrancar al motor (en el agua) debemos comprobar que por arriba escupe agua, como indicación de que el circuito de refrigeración está funcionando. Si este no fuese así, será porque el circuito se ha obstruído por alguna causa.  Debemos parar el motor de inmediato, puesto que sino se calentará en exceso. (Empezará a echar humo y se gripará..)




El "hombre al agua" siempre bien atado a la muñeca


Si hacemos un uso intensivo del motor de vez en cuando debemos acordarnos de rellenar el depósito de gasolina. No debemos zarpar sin un bidón de reserva de gasolina para la fueraborda. Para rellenar la gasolina necesitamos un pequeño embudo. Si no disponemos de uno, se puede hacer un apaño rápido cortando por la mitad una botella de plástico. No debemos nunca rellenar el depósito con los posos últimos de gasolina del bidón, puesto que las impurezas bloquearán el carburador.

No abordo temas más técnicos, de reparación, como cambio o revisión de la bujía, limpieza del carburador, etc, puesto que mis conocimientos se limitan de momento al del “manual de usuario básico”…

Solamente comentar que una vez, por torpeza, choque la hélice contra unas rocas en el fondo. La hélice no se dañó pero el motor ya no engranaba, es decir la hélice no daba vueltas al acelerar. Lo que había pasado es que al chocar contra la roca, se había partido el pasador de sujeción de la hélice, una pequeña pieza metálica dentro del eje que hace las veces de fusible mecánico. Es decir, se parte ante un primer golpe fuerte y así evita que la hélice siga girando sobre las rocas, causando un daño mayor. La reparación consistió en desmontar la hélice y poner un nuevo pasador (tuvimos que ir a puerto a comprarlo). Es una pieza pequeña, que es útil llevar a bordo.

En los motores de cuatro tiempos debemos revisar de vez en cuando el nivel del aceite, que se suele ver dentro del motor por un "ojo de buey" o  cristal. Estos motores llevan un aceite especial con un depósito de unos 50 cl.


Durante la navegación

Durante la navegación (en el velero) tenemos dos opciones para la dingui: estibada a bordo, o remolcada. Si está estibada a bordo, en un velero de tamaño medio (10 a 15 mts), típicamente se sitúa en proa volcada sobre la cubierta. Debe ir convenientemente amarrada mediante dos o tres cabos al palo y al piso del barco, de modo que no se pueda mover en ninguna dirección. Este se consigue amarrando la dingui en al menos tres puntos del barco. En barcos mayores o catamaranes puede existir un mecanismo de estiba en popa, mediante poleas o similar.

Lo malo de la estiba en proa es que puede molestar durante la navegación a vela, puesto que frecuentemente las escotas del génova se enganchan en la dingui durante las viradas. No es un gran problema, puesto que se puede, en cada virada a proa, liberar la escota enganchada, solamente es molesto (… mejor pensado, sí sería peligroso si tenemos fuerza 6 o superior y alguien tiene que irse a proa cada vez…)

Por esta razón, el método preferido y típico es llevar la dingui remolcada, mediante un cabo de varios metros que se amarra a la popa del barco. Se debe asegurar bien el cabo y durante la navegación vigilar de vez en cuando que nuestro chiquitín sigue ahí, es decir que no se ha soltado o roto el cabo.

(La razón de llevar la dingui al remolque es también y sobre todo por la comodidad de no tener que subir, estibar y bajarla en cada trayecto de nuestro travesía, si hacemos un uso frecuente de ella.)
El motor fueraborda, durante la navegación siempre debe ir aferrado al barco, y nunca puesto en la dingui remolcada.

Durante las maniobras

Si vamos a fondear, la dingui puede permanecer al remolque. Solamente hay que estar muy atentos que durante la marcha atrás el cable de remolque no se enrede debajo de la popa del barco con la hélice del motor. Para ello un miembro de la tripulación debe tensar el cabo cuando el patrón da atrás, o alternativamente, el cabo de remolque debe colocarse lo suficientemente corto para que esto no pueda suceder.

Cuando entremos en un puerto o hagamos un atraque en un muelle o similar la dingui habrá que estibarla previamente en la proa, para que no moleste con las maniobras. Al subir la dingui, al igual que al bajarla hay que ser cuidadosos con los candeleros, elevándola por encima de los mismos.

Si vamos a pasar noche en un puerto, con la dingui estibada en proa, típicamente molestará si bloquea las escotillas del camarote de proa. No es mala idea, para evitarlo, atar una driza libre a la proa de la dingui e izarla lo suficiente para liberar la cubierta y escotillas durante el tiempo que estemos amarrados.

El desembarco

La principal medida de seguridad a la hora de realizar el desembarco con nuestro chiquitín es llevar siempre a bordo los remos. Aunque vayamos con el fueraborda, es posible que éste deje de funcionar por alguna causa, y los remos nos salvarán de por ejemplo alejarnos de la costa empujados por el viento y las olas.

También debemos llevar en la dingui el achicador (o la botella de plástico cortada, que con su tapón, también sirve de achicador)

Si el trayecto a realizar es corto y/o nos sentimos deportistas ó ecológicos, podemos renunciar al fueraborda y hacer uso de los remos.

En caso contrario, si consideramos necesario el motor, debemos montar la fueraborda en el espejo de popa de la dingui. En el caso frecuente de que la fueraborda pese un quintal, es menester tener cuidado con la espalda y mi propuesta es hacerlo entre tres personas (mejor chicos). Uno se sitúa de rodillas dentro de la dingui. Será el que recepciona el motor y lo engancha en la popa del chiquitín. Otro tripulante se traslada a un extremo de la popa del barco, desde donde debe sujetar fuertemente la dingui por un lateral, de manera que ésta se queda quieta y pegada a la popa del barco. El tercer hombre es el que se encarga de desenganchar la fueraborda de su estiba y la transporta con cuidado hasta el extremo de la popa, donde se la pasa al primer tripulante, el que esperaba de rodillas.

Una alternativa para montar el motor una sola persona es amarrar la dingui fuertemente y perpendicular a la popa del barco, aunque hay que pasar desde el barco a la dingui, motor en mano. Si pesa mucho es mejor el método de los tres marineros, o al menos hacerlo entre dos.
Si vamos a hacer alguno de los trayectos en dingui de noche (p.ej. a la vuelta al barco), es importante llevar alguna linterna, sobre todo para ser vistos. Si la linterna es potente sirve para ver, pero más importante es ser vistos.

Por último, en el desembarco debemos tener muy en cuenta las normas de entrada en una playa o cala. Siempre hay que pasar por la zona destinada a las embarcaciones, indicaba entre las boyas verde y roja. Entrando desde el mar, la boya verde debe quedar a estribor y la boya roja a babor. A menudo solamente veremos una boya verde o roja, suficiente para orientarse. Si no respetamos esto, no sólo corremos el peligro de entrar en zona de bañistas, sino que a lo mejor también hay rocas en el fondo.

Al llegar a la playa o a la zona de menos profundidad debemos levantar el motor y apagarlo.

Una vez en la playa, con el motor levantado es importante cerrar la tapa superior de la gasolina para que no se derrame ésta. Si vamos a dejar la pinguí sola un rato, no olvidemos llevarnos el “hombre al agua”, para evitar dar facilidades a los cacos.

En algunos casos para evitar hurtos puede ser conveniente poner un candado que una las palometas del enganche del motor al chinchorro.

Nada más y hasta la próxima.

Kike

Madrid, 28 de agosto 2011

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